Las primeras sencillitas, una cucharada de un buen tomate frito sobre cada oblea, añadimos jamón y queso en lochas ambos picaditos, y espolvoreamos con orégano y cerramos. El sabor es similar al de una pizza.

Desmigamos una lata pequeña de atún y le agregamos tomate frito, una hoja de albahaca picada, pimienta negra molida y trocitos de queso en lonchas, que se derretirán y… bueno para que contar más.

Sofreímos dos cucharadas de cebolla picada finamente con una lata pequeñita de champiñones laminados, salpimentamos, cuando estén añadimos jamón cocido picado, un chorrito de nata y queso rallado, calentamos hasta que espese la nata.

Sofreímos dos cucharadas de cebolla picada finamente con espinacas también finamente picadas (yo usé congeladas y tan ricas que están), cuando estén añadimos nata, queso rallado y un poco apenas de sal, igual que antes calentamos hasta que espese la nata.

Esta si que fue improvisada, me sobraban aún dos obleas, abrí la nevera y lo que encontré que pudiese aprovechar era media lata de paté de atún del bocadillo de ayer, pues eso mismo, una cucharada de tomate frito sobre la oblea, paté y queso en lonchas troceado por encima, unas aceitunas verdes picadas y a correr.

Bien, estos son los cinco rellenos ahora o bien las freímos en abundante aceite o bien las pincelamos por encima con huevo batido y horneamos 25 minutos a 200º y se nos quedarán de un color doradito que para qué.

Niñ@s les animo a probarlas, sino todas, algunas por tandas para ver qué les parece y cómo disfrutan.