INGREDIENTES
– 450 g de calabaza (una dulce y naranja… que esté sabrosa!)
– 1 vaso de moras maduras (lavadas)
– 150 gr de azúcar
– 325 g de harina
– 4 huevos
– 125 ml de aceite de girasol
– gasificante (1 sobre blanco y otro azul)
– 1 sobre de levadura en polvo
ELABORACIÓN
1º) Pelar y cortar en dados la calabaza y hacerla en el microondas hasta que esté tiernita. Dejarla enfriar y batirla con el azúcar.
2º) Añadir los huevos y el aceite y batir bien.
3º) Incorporar la harina, la levadura y el gasificante tamizados. Mezclar con la ayuda de una espátula de madera o de goma, con movimientos suaves y envolventes.
4º) Con un brocha de goma, pintar con aceite un molde (si es de silicona, no hace falta, pero hará falta más tiempo de horno… ténganlo en cuenta), verter la masa, añadir por encima las moras secas y un poco enharinadas y sumergirlas un poco en la masa con la ayuda de una paletina o una espátula de madera. Hornear 40 minutos a 175º. Apagar el horno y dejar 5 minutos más con el calor residual.
5º) Lo ideal sería adornar con azúcar glass cuando el queque esté frío, pero como yo no tenía en ese momento, pues le espolvoreé un poco de azúcar blanquilla.
En casa nos ha encantado. Tiene una textura muy suave y el toque de la calabaza, dulce y meloso, con las moras, ácidas y silvestres, le da un sabor peculiar; distinto; muy agradable al paladar.