Es la que más me gusta, ¡con diferencia!, no puedo estar sin ella, me acompaña desde antes de la era de Internet. La conocí casualmente, en la cocina, allí estaba yo y las mandarinas, y, sin saber cómo, terminaron en el horno microondas acompañadas de azúcar. Me sorprendió su frescura, su naturalidad, su esencia se mantenía. Con el tiempo los dos hemos cambiado y crecido, me ha permitido ciertas travesuras, y la relación ha mejorado sustancialmente, aunque con ciertos altibajos ahora es estable, me gusta frecuentarla: a diario me gusta vestirla de rústica sarga (tostada de hogaza con aceite de oliva y mermelada de mandarina en el desayuno), los fines de semana se adorna de leche marfil (gachas de avena, pudín con miga de pan, arroz con leche con mermelada de mandarina), y los días festivos deslumbra de negro chocolate (mousse, helado, trufa con mermelada de mandarina).
¿Qué tiene esta mermelada para atraparme así? La cáscara. Su albedo blanco, naturalmente amargo, aporta su pectina, moldea el zumo de la mermelada; su piel de color naranja es puro perfume, atesorado en gotitas que estallan al primer mordisco. Su piel siempre me ha maravillado. ¡Es de cáscara amarga!
Fórmula:
- Mandarinas
- Azúcar, la mitad del peso de las mandarinas
- Cáscaras, un tercio o un cuarto del número de mandarinas.
Procedimiento culinario:
1. Escaldar las mandarinas dos minutos en agua hirviendo. Retirar el agua y refrescarlas con agua fría.
2. Cortar los dos extremos de las mandarinas y abrirlas por la mitad, retirar el cordón blanco central. Pelar todas las mandarinas, y reservar las cáscaras a utilizar.
3. Retirar las semillas de los gajos y trocearlos (o triturarlos) y verterlos en una cazuela o en un cuenco de cristal.
4. Cortar en tiras muy finas (cuanto más finas mejor) o minúsculos daditos las cáscaras. Juntarlas con los gajos.
5. Añadir el azúcar. Remover y mezclar.
6. Hervir en el fogón o en el horno microondas el tiempo suficiente para conseguir una textura fluida, con las miras puestas en que espesa al enfriar.
7. Rellenar los frascos y tapar.
8. Esterilizar en olla a presión durante 10 minutos.
Nota: desde hace años lavo los frascos en el lavavajillas, y los considero estériles. Con las mermeladas, al tener una alta concentración de azúcares, no hago la esterilización del punto 8. Esto es sólo una nota.
Concretando:
En el horno microondas hago unos 600 g de mandarina. Cocción 10-5-5 minutos. Dos frascos pequeños. Ver fotos.
En el fogón duplico o triplico la cantidad.
En las urgencias:
Una mandarina aseada, triturada con dos cucharadas colmadas de azúcar, y tres minutos en el horno microondas en un cuenco de cristal.
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