No pensé en los enamoramientos como reclamo para elaborar el arroz con leche. Siempre lo asocié a mi abuela que tuvo vacas y despacho de leche en casa para el vecindario. Hacía natillas con galleta maría, flan de calostros y arroz con leche cremoso y con los granos tiernos. Lo hacía al amor de la lumbre de la cocina económica y en cazuela esmaltada en rojo.
No ponía cáscara de limón porque lo “amargaba” y no lo guardaba en la nevera porque “se encallaba”. Vamos, un arroz con leche viudo, y aquel que quería lo adornaba con canela en polvo.
Los amores de la infancia no se recuperan y el arroz con leche de la abuela tampoco, la leche ya no es como era, es una pena.
Ingredientes:
- 100 g de arroz de grano redondo
- 800 cc de leche entera
- 100 g de azúcar
- Una pizca de sal
Preparación:
1. En un cuenco de cristal amplio poner el arroz y la leche entera y tapar con film plástico perforado. Llevar a ebullición en el horno microondas a máxima potencia durante ocho minutos. Sacar y remover.
2. Cocer durante diez minutos en horno microondas a media potencia. Sacar y remover.
3. Añadir el azúcar y la sal. Cocer durante diez minutos en horno microondas a media potencia. Sacar y atemperar. (Si no te gusta que se forme una piel de nata en su superficie remueve regularmente. A mi me gusta, ya que me remite a la nata de la infancia). Servir en un bonito plato, copa, taza o cuenco.
Si tu deseo es que se enamore y abandone la viudedad le viene bien hacer uso de los perfumes. Son clásicos la cáscara amarilla del limón sin su parte blanca y la canela. Pero conviene, de vez en cuando, ser atrevido y sorprender, y hacer uso de otras especias como la vainilla, o el cardamomo, o el anís estrellado o la nuez moscada, entre otras, le aportarán un extra de atracción. Estos perfumes se añaden en el tercer periodo de cocción: es suficiente una unidad o cuatro o seis golpes de ralladura, según sea tu gusto. Será una sorpresa entre las chicas si al final lo aromatizas con agua de rosas o de azahar, sin pasarte.
Y, por supuesto, adornar su piel con complementos: frutas frescas (mango, fresas, etc.), frutos secos (avellanas, macadamia, etc.), mermeladas (naranja, mandarina, etc.), hojas frescas (menta, etc.), o flores como la lavanda.
Si los Reyes Magos del año pasado te han regalado un soplete culinario espolvorea azúcar sobre la superficie y quémalo. Le gustará a una asturiana.
Si quieres que no se duerma añade café soluble.
No conozco a nadie que no le guste el chocolate, es muy estimulante. En una copa de cóctel poner el arroz con leche aromatizado con cardamomo y sobre él un copete de mousse de chocolate: montar 200 cc de nata 35% MG y unirla con 200 cc de chocolate negro fundido en el microondas. Negro sobre blanco.
El arroz con leche de la última cita, del que os envío la fotografía, iba acicalado con cilantro, mandarina, turrón blando, mango y jengibre. Os cuento, en cada cuenco, escondidas entre los granos de arroz había tres semillas de cilantro, y la superficie cubierta de turrón rallado, una cucharadita de mermelada de mandarina en el centro y en el exterior una corona de dados de mango con jengibre fresco rallado.
Las semillas de cilantro se encuentran fácilmente en los herbolarios o tiendas con especias, son perdigones que descargan sus perfumes al morderlos, son cítricos.
El turrón ya ha aparecido en las tiendas, sólo hay que rallarlo.
También han llegado las mandarinas, hago la mermelada con una mandarina, lavada con agua caliente y cortada en juliana, junto a dos cucharadas de azúcar, y cocida durante tres minutos en el microondas.
Corté el mango en dados y rallé sobre él jengibre fresco, también cítrico.
No lo guardé en la nevera, como mi abuela.
Su presencia a primera vista no deja dudar sobre sus intenciones y “al primer mordisco” muestra su sabor dulce y perfumado con cítricos. Un deseo: qué el amor os acompañe.
Y un truco: si queda la leche muy líquida podéis diluir una cucharada de harina de arroz en un poco de leche fría, añadirla y dar un hervor.
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