Bocadillo de boquerones en vinagre

La infancia recobrada.
Incluída en el especial: Cocina de Castilla y León

Tengo una debilidad. En estos momentos, en que escribo estas líneas, la boca se me hace agua, mis glándulas salivares segregan saliva cuando  preparo este bocadillo, antes incluso, con tan sólo pensar en él.

La merienda en la infancia era sinónimo de bocadillo, y éste es uno de ellos. Una somera relación de su relleno incluiría el chorizo, el salchichón, el jamón, el queso, la carne de membrillo, el queso y membrillo, el arrope de calabaza, sandía o melón, las anchoas, el queso con anchoas, los mejillones en escabeche, etc.

Ya soy adulto y no meriendo bocadillo, pero en esta ocasión este bocadillo ha sido el piscolabis durante concierto de fados de Mísia, en las ruinas del Convento San Francisco. Es una de esas costumbres que al principio ves raras y después te sumas a ellas: merendar, así dicen, durante el descanso, ya siendo noche y al raso. Y si te apetece, puedes optar por un oporto.

Ingredientes:

  • Boquerones
  • Vinagre de vino blanco o manzana
  • Cebolla
  • Sal
  • Hojas de perejil
  • Aceite de oliva virgen extra

Procedimiento culinario:

1. Limpiar los boquerones retirando cabeza y cola, agallas y esquenas. Asearlos con agua fría, bañarlos varias veces. Congelar al menos durante 48 horas. Descongelar el día señalado para su consumo.

2. Sumergir los boquerones durante al menos cuatro horas en una dilución mitad vinagre y mitad agua. Con sal al gusto. Guardar en la nevera.

3. Cortar a pluma fina la cebolla. Picar el perejil.

4. En una bonita y honda fuente al uso, cubrir el fondo con cebolla. Salar y Regar con aceite de oliva virgen extra. Escurrir y retirar los boquerones del vinagre, asearlos con agua fría y pasarlos a la fuente sobre la cebolla. Regar con aceite de oliva virgen extra. Finalmente cubrir con más cebolla. Salar y Regar con aceite de oliva virgen extra. Adornar con el perejil, entero o picado.

5. Reposar un tiempo prudencial.

El bocadillo:

Elegir un buen pan, hacer dos rebanadas o partir a la mitad, y rellenarlo con los boquerones según gusto.

Nota:

Como somos dos, compro medio kilo de boquerones, los aliño con mucha cebolla y mucho perejil, y poca sal. Mi gusto por la acidez que aporta el vinagre ha ido cambiando, he reducido su intensidad.

Mi compañera Carmen usa vinagre de vino blanco sin diluir. Y los congela después de retirarlos, y asearlos, de su baño en vinagre.

Incluída en el especial: Cocina de Castilla y León