Me pide mi mujer que si tengo un momento, haga una sopita de verduras y me deja en la encimera: tres patatas enormes, cuatro zanahorias, también de buen tamaño, 1 calabacín, 1 trozo de calabaza, 3 cebollas bien gordas y 2 puerros. Y me sugiere que las corte en cubitos pequeños, que dan más juego.
El momento se convirtió en casi una hora pelando, limpiando, y cortando todas esas verduras en brunoise, pero mereció la pena.
Aparte de los ingredientes apuntados, se me ocurrió que un hueso de jamón podría darle más juego todavía. Así que ahí va la receta:
- 3 patatas bien gordas
- 4 zanahorias de unos 30 cm
- 1 calabacín
- 1 trozo de calabaza de la parte del rabo, es decir, sin pipas.
- 3 cebollas (naturalmente gordas)
- 2 puerros
- 1 hueso de jamón.
- Sal
Preparación
Pelamos las verduras y las lavamos bien. El puerro lo cortamos en cuatro trozos y lo metemos bajo el chorro del agua para quitarle toda la arena y le retiramos las hojas exteriores y cortamos la parte superior de las hojas.
El corte en brunoise es en cubitos, como de 2 milímetros de lado, pero yo aconsejo que sean un poco mayores, sin llegar a la macedonia. Esto lleva su tiempo, pero también su premio, porque la sopa queda mucho más sabrosa.
Ponemos agua en una olla y la ponemos a hervir con el hueso de jamón y una pizca de sal. Cuando esté cociendo, añadimos todas las verduras y dejamos cocer a fuego muy suave durante unos 45 minutos.
Servimos en cazuelas de barro.
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