Pringles

La historia Pringles se remonta hasta finales de la década de los 50, cuando un grupo de investigadores de Procter & Gamble llegaron a la conclusión de que los consumidores americanos demandaban patatas chip que no vinieran rotas en las bolsas-contenedoras y que fueran idénticas las unas a las otras. Después de una década de desarrollos y experimentos finalmente en 1968 la compañía fundó en Jackson, Tennesse la primera fábrica de patatas chips Pringles.

La forma casi perfecta y ondulada de sus patatas y la lata contenedora en forma de tubo metálico serían, a partir de ese momento, el sello característico de la casa de patatas chip más conocida de EEUU.Desde su nacimiento, las patatas Pringles fueron consideradas como “avanzadas a su tiempo” debido sobre todo a su complejo proceso de fabricación, del que hablaremos más tarde. La tecnología patentada, la facilidad en la distribución y la larga vida de sus productos, así como el hecho de haber creado una marca fuerte en el mercado, han sido las principales claves de éxito de Pringles. Sin embargo el despegue de la empresa de patatas no se produjo realmente hasta la década de los noventa, cuando su distribución empezó a hacerse a internacionalmente. Actualmente Pringles cuenta con redes de distribución a nivel mundial y cuenta con unos beneficios anuales de 1,5 billones de dólares.

Pobre adaptación al mercado español

Pringles ha sabido ganarse al consumidor americano aplicando una fórmula constante basada en la uniformidad de sus productos y la creación de una fuerte marca/branding . Sin embargo, en España Pringles ha cometido varios errores en la comercialización de su patatas, varios hechos que no han facilitado la penetración de la marca entre nosotros.

El mercado español, poco acostumbrado a productos tan novedosos, rechazó de primeras unas “extrañas” y carísimas patatas fritas que venían envasadas en un aparatoso bote metálico. Pringles atacó el problema poniendo a la venta botes de tamaño 1/3 menor que los anteriores. Aunque tarde, esta medida hizo posible rebajar el precio de las patatas y su venta aumentó considerablemente. Tampoco la campaña publicitaria se adaptó a las exigencias del público español, que veía muy lejanas aquellas imágenes en televisión de chicos americanos de barrio bailando y abriendo botes de Pringles.

Todas estas razones hicieron que el consumidor español no pudiera conocer hasta hace relativamente poco una de las marcas de snacks más importantes del mundo.

¿Cómo se hacen las Pringles?

Los copos de patata deshidratada (para hacernos una idea, similar a los purés de patata Maggie) se mezclan con agua y otros ingredientes para vertirse posteriormente sobre unos moldes que darán la forma ondulada a la patata. Luego se frien durante poco tiempo y se sazonan justo en el momento de salir del molde de la freidora. Pringles asegura que en cada lata tamaño estándar se utilizan alrededor de 3-4 patatas para hacer la masa que posteriormente tomará la característica forma de patata ondulada.

Pringles también se ha visto afectado por las leyendas urbanas. Una de estas leyendas aseguraba que la pasta de patata con la que eran fabricadas las Pringles provenía de los restos deshidratados de las patatas fritas que sobraban en los restaurantes McDonalds. Obviamente la historia en cuestión mezclaba hechos reales con hechos totalmente falsos y científicamente muy difíciles de creer. Por mucho que deshidratáramos una patata de un McDonald, cuyo contenido graso supera el 25% de su total, no obtendríamos apenas materia seca para fabricar pasta de patata.

El sabor de las patatas Pringles

Pringles dispone de una amplia gama y variedad de sabores en Estados Unidos: BBQ (barbacoa), Cheezums (queso), Sour Cream ‘N Onion (cebolla y crema agria), Original, Salt & Vinegar (sal y vinagre), Pizzalicious (sabor a pizza), Ranch (ranchero) y Spicy Cajun (picantes).

En España de momento nos tenemos que conformar con las Pringles Original, Sour Cream and Onion (cebolla y crema agria), Hot and Spicy (picantes), Pizza y Paprika, que no son pocas.El sabor más conseguido sin duda es el Sour Cream ‘N Onion, identificable por el color verde claro del bote. Es un sabor que recuerda ligeramente a los Doritos “Rock and Cream”. Es una mezcla de sabor dulce muy leve con un toque de cebolla. Este sabor combina perfectamente con la masa de las patatas Pringles y las hace aún más ligeras y sabrosas que la propia receta original.

Los demás sabores, exceptuando el Original, no están nada bien conseguidos. El sabor a Pizza ha sido quizás el que menos nos ha convencido. En vez de Pizza le podrían haber llamado perfectamente “Albahaca, Tomillo y Orégano”. Realmente por más que lo probamos no conseguimos saborear ni el tomate, ni el queso ni nada que se parezca a una auténtica pizza italiana (quizás el orégano y la albahaca). Un sabor fuerte, muy similar al olor de los herbolarios inundará nuestra boca antes de que nos hayamos dado cuenta. El sabor Hot and Spicy no es mucho mejor. Fuertemente especiado y ligeramente picante, no es precisamente el más ligero de la gama. No lo recomiendo para gente que padezca del estómago.Lo que más nos ha gustado de las patatas Pringles ha sido su extremada finura y su ondulación, que hacen de la patata un bocado súmamente crujiente. El sabor salado de la receta Original, así como el dulce sabor a cebolla de la receta Sour Cream ‘N Onion refuerzan la suave sensación en el paladar de la ligereza de estas patatas. Después de picar unas cuantas patatas, la sensación de ligereza desaparece. En la boca queda muerto el sabor de las Pringles, como si se hubiera instalado para quedarse, y el estómago se resiente de la pasta tan pesada que acabas de ingerir.

Conclusiones

Si bien las patatas Pringles no suponen ni de lejos el reemplazo de nuestras tradicionales patatas fritas al estilo churrero de barrio (las de toda la vida), sí que son un buen snack o aperitivo para esos días en los que te apalancas en casa a ver una película de vídeo o compartes el aperitivo del medio día con tus amigos. Principales inconvenientes: la pasta de las patatas es de pesada digestión, sabores no del todo logrados (a excepción de la receta Original y Sour Cream ‘N Onion), precio algo caro y envase un tanto engorroso.

También encontramos puntos favorables: caducan a los 15 meses, las patatas no vienen rotas en el envase, disponemos de una amplia gama de sabores y su distribución se hace internacionalmente por lo que podemos disfrutar de Pringles en casi cualquier país del mundo!