He publicado la sopa de verduras, pero para aquellos que no tengáis paciencia en mirar cómo lo hice, os lo cuento ahora en un pispás. La cosa fue que ayer me dejó mi mujer sobre la encimera los ingredientes que os apunto a continuación, y me dijo que si podía hacer una sopita de verduras, cortadita fina, por eso de que ligan mejor los gustos… La sopa estaba de escándalo. Hoy andaba con el tiempo más bien justito, pero un arrocito con esa sopa me ha parecido que podría estar bien, y lo estaba.
Los ingredientes para la sopita son:
- 3 patatas bien gordas
- 4 zanahorias de unos 30 cm
- 1 calabacín
- 1 trozo de calabaza de la parte del rabo, es decir, sin pipas.
- 3 cebollas (naturalmente gordas)
- 2 puerros
- 1 hueso de jamón (porque me pareció que podía darle más cuerpo a la sopa)
- sal
Imaginad esto cociendo en bien de agua durante una horita más o menos y ya tenemos un plato de lujo. Ahora suponed que el caldo para cualquier momento del día es un lujo para el cuerpo, y por último, que andáis cortos de tiempo, pero con ganas de comer bien. Entonces, añadimos a lo anterior:
- 100 gr. de tomate triturado
- unas hebras de azafrán (y un poco de colorante, que bien puede ser cúrcuma)
- 400 gramos de arroz
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de pimentón dulce de La Vera.
- un pellizquito de sal
Ponemos en la paella el aceite y cuando empiece a humear, le añadimos el tomate y esperamos a que se sofría. Bajamos el fuego y le incorporamos el pimentón de la vera y una pizca de sal y removemos para que se entremezclen bien los sabores.
Ponemos el arroz, lo sofreímos y le añadimos la sopa con todos sus ingredientes (como siempre, dos medidas de caldo por una de arroz).
Cuando cueza, le ponemos el azafrán, una pizca de colorante y dejamos cocer a fuego medio durante unos veinte minutos, en realidad hasta que el arroz esté hecho al dente.
El limón que puse para la foto es para decorar, porque estaba tan rico, que no hacía falta para nada.
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