En los rincones de mi memoria es una Sopa de Sobras, para aprovechar los restos del guiso de aves, y otras carnes, que se consumía en las fiestas patronales, de boda o de aniversario. Recuerdo a mi prima Clemen improvisando esta sopa a partir de unas sobras del guiso de parro de la fiesta patronal de San Andrés.
Para elaborarla, retiraba de la cazuela las tajadas de parro y añadía agua a la salsa para hacer el caldo de la sopa. Al empezar a hervir añadía una lluvia de arroz de grano corto, el único que conocí en la infancia. Mientras tanto, al tiempo que el arroz hervía, ella cocía unos huevos, desmenuzaba la carne y hacía desaparecer los huesos, y picaba unas aceitunas verdes separando el hueso. Con el arroz listo añadía la carne del parro en hebras, las aceitunas picaditas, la clara picadita y la yema pasada por un colador. Salaba al gusto, una vuelta y a la mesa. Hasta aquí me llega la memoria, posiblemente añadiría otras cosas no recordadas.
Te propongo, si es tu gusto, elaborar esta sopa con un toque elegante: retira las tajadas, tritura la salsa y añade el agua necesaria, cuela este caldo. Ya tienes lo más importante para la sopa. Ahora plantéate los tropezones que te quieres encontrar, los restos del guiso son imprescindibles, con ellos puedes hacer unos raviolis, el resto son a tu gusto: setas y verduras, huevos de codorniz cocidos o escalfados, pan tostado, etc. A la hora de servirla puedes poner en el plato los tropezones y ya en la mesa verter el caldo.
De guiso a sopa:
La salsa pasa a caldo, añadiendo agua.
Las tajadas del guiso, ya sean de carne o pescado, se pican o desmenuzan.
Se añaden los alimentos complementarios al gusto y según las disposiciones de la despensa.
Se añaden las especias que te apetezcan.
Todo ello buscando la armonía en el resultado.
En la foto ves una sopita de picadillo hecha con sobras de gallo, fideos finos, senderuelas secas y un poco de fusión: curry de Madrás.
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