Pizza de tortilla de patata

Si convertimos una buena tortillita de patata en la base de una pizza... ¡Exito asegurado!

No conozco a nadie que no le guste la tortilla de patata, ya sea con cebolla o sin ella, cosa que respeto, aunque a mí me gusta mucho más cuando las patatas y la cebollita se hacen compañía, y es difícil que convertida en pizza no triunfe.

Reconozco que la cosa no es que sea muy original, ni complicada, ni nada de eso, pero se me ocurrió hacérsela un día a mi hija y, desde entonces, se ha quedado como plato fijo para la cena de los sábados, que es cuando viene con su novio. 

Pero vamos al grano que esto está demasiado rico como para perder el tiempo.

Para cuatro personas vamos a necesitar:

Para la tortilla:

  • 4 patatas
  • 5 huevos
  • 1 cebolla
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal.

Para la pizza:

  • salsa de tomate
  • 1/2 sobre de queso mozzarella rallado
  • 4 lonchas de bacon
  • orégano.

Empezaremos por pelar la cebolla, la cortamos en juliana fina y la ponemos en una sartén a fuego medio-bajo con bien de aceite y una pizca de sal para que se vaya ablandando.

Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas finas y las incorporamos a la cebolla.

Subimos la intensidad del fuego, y mientras se van friendo, ponemos los huevos en un bol y los batimos bien.

Una vez que las patatas y la cebolla estén bien frititas, las sacamos del aceite con ayuda de un colador de patas y guardamos el exceso de aceite para otros usos, dejando en la sartén solamente un poquito.

Cuando se haya templado, echamos las patatas y la cebolla sobre el huevo batido, removemos con cuidado para que no se rompan y echamos la mezcla en la sartén, que debe ser bastante ancha, para que la tortilla no quede demasiado gruesa. Cuando veamos que la tortilla se separa de la sartén con cierta facilidad, le damos la vuelta y la dejamos que se dore por este lado. Es muy importante que no se cuaje demasiado, porque luego va a terminar de hacerse en el horno.

Una vez que tengamos la tortilla hecha, podemos dejarla enfriar en un plato, sobre la encimera, tapándola con otro. Y nos podemos dedicar a cortar el bacon en tiras finas, que quedan mucho más sabrosas y fáciles de comer.

Unos cinco minutos antes de comernos nuestra futura pizza, cubrimos la tortilla con la salsa de tomate bien extendida por toda la superficie, espolvoreamos al menos medio sobre de queso, distribuimos las lonchitas de bacon y espolvoreamos un poco de orégano.

Precalentamos el horno en posición de grill, metemos la pizza de tortilla de patata y esperamos a que se funda el queso y el bacon quede crujientito.

Podemos poner en lugar del bacon jamón serrano, unas anchoas y unas aceitunas, o lo que más nos guste.

¿Verdad que apetece hacerla ya? Pues no hay nada más fácil. A por ella… y buen provecho. 

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