La pizza de jamón y queso de Tarradellas viene presentada dentro de un envoltorio de plástico transparente que permite ver el estado de la pizza en el momento de la compra. Su aspecto es inmejorable y se vende en los estantes de productos refrigerados. Si a esto le sumamos que la pizza es de Casa Tarradellas, una marca de productos familiares, la pizza pasa por producto natural y fresco del día. Sin embargo no debemos confurdirnos: hay pizzas congeladas infinitamente superiores en todos los sentidos.
La masa de la pizza, lejos de ser fina y crujiente, es más bien gruesa y demasiado esponjosa. Es bastante difícil cogerle el punto de cocción porque siempre se queda blanda. El tomate es insulso, escaso y bastante grasiento. Del queso no podemos decir otra cosa que es abundante pero insípido, así como los tropezones de jamón que cubren la pizza.
La relación calidad-precio de la pizza de jamón Casa Tarradellas es muy acertada ya que cuesta aproximadamente unos 4 euros, un precio bastante razonable para una pizza que se vende en sección de refrigerados.
En definitiva, una pizza poco recomendable para quienes disfrutan del sabor de una auténtica pizza italiana. Sólo “para salir del paso” en una de esas noches en las que no tienes ganas de cocinar…
Recetas relacionadas:









