Llegando la caló a una no le quedan ganas de ná y menos de echar mucho tiempo en la cocina por eso hoy recurro a un menú de aprovechamiento … es lo que mi madre llamaba “corcuño”, y ojo con preguntarle “eso que es lo que é”, que te hacía una rima un tanto inapropiada para nuestra tierna infancia y se quedaba tan ancha. Tan simple como sacar de la nevera lo que te ha quedado de toda la semana; unas setitas del pollo en papillote y un poco de bacon de idem, unos espárragos trigueros de la tortillita de la cena del jueves, media coliflor de la cena del miércoles, guisantitos congelaos…
Ingredientes: Verduras variadas, en este caso setas, espárragos, coliflor y guisantes, un poco de bacon o de jamón picado, albahaca, un vaso de leche, una cucharada de harina, pasta corta (lumache, tiburones, fussilli, penne …), queso mozzarella rallado, aceite, sal y pimienta.
Se saltean las verduras con un ajito, los espárragos y la coliflor las he hervido un poco antes para que se ajuste a los tiempo de cocción de los espárragos y como le he añadido bacon, apenas he usado aceite para saltearlos. Aromatizar con la albahaca y salpimentar. Cocer la pasta, según las intrucciones del paquete, en agua salada y cuando estén hechos, escurrirlos y mezclar en la sartén con las verduras.
Preparar una bechamel; calentar el aceite de oliva y añadir una cucharada colmada de harina, mover para que no se queme la harina pero de manera que pierda el sabor a harina cruda, añadir la leche y no dejar de remover hasta que espese. Exteneder el contenido de la sartén en una fuente de horno y sobre él, la bechamel y el queso rallado. Introducir en el horno precalentado a 200º y hornear 15 minutos. Después gratinar con el horno a 220º unos 5 minutos, o hasta que pille un buen color.
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