Jalea de grosellas

Es buena compañera de postres, macedonias, y lácteos: yogur y queso fresco y cremoso.

Es verano. Y Alfonsa repite obsequio: gran cantidad de grosellas. Un fruto rojo que a poca gente gusta al natural, es ácido y tiene piel y pepitas, y tira un poco a hierba. Ella dice conocer sólo a dos personas que admiten el regalo y saben apreciarlas.

Con frecuencia las hemos visto en el plato como adorno por su color y por ser pequeñas y redondas. Y con frecuencia allí son abandonadas.

Me gustan para acompañar otras frutas. Y con ellas elaboro una jalea que diariamente consume María: con ella endulza el queso cremoso 0%, si, el mismo, ese queso de chicas.

Ingredientes:

  • 1500 g de grosellas
  • 500 g de azúcar
  • 1 cucharadita de pectina y 1 cucharada de azúcar molido.

 

Elaboración:

Lavar y asear las grosellas.

En un cuenco y con la mano del mortero romperlas.

Añadir el azúcar y dejarlas macerar durante dos horas.

Hervirlas diez minutos.

Colarlas por un colador chino y presionar con la mano del mortero para obtener todo su jugo.

Hervirlas cinco minutos, habiendo añadido la cucharadita de pectina mezclada con la cucharada de azúcar molido.

Envasar, etiquetar y adornar.