En un plato hondo batimos dos huevos, en otro ponemos un vaso de harina normal de toda la vida.
Por otro lado en el escurridor de pasta ponemos 400 gramos de anillas de calamar o de pota y los lavamos bien. Aquí mismo los salaremos con muy poquita sal, media cucharilla de postre será suficiente, y lo revolvemos.
Ahora ponemos la mitad de los calamares en la harina, (si en plan exagerado un puñado de ellos, ahí está el truco), los revolvemos para que se enharinen bien, los ponemos ahora en plato del huevo (sí todo ese puñado) lo revolvemos bien y ahí está el punto tanto calamar, traerá bastante harina al huevo y se hará un pasta ligera.
Ahora los freiremos por tandas teniendo en cuenta que el fuego no ha de estar muy fuerte, en el número 8 de 12 que tiene mi fogón está bien. Tampoco los tendremos mucho tiempo, sólo que se doren ligeramente y luego los vamos sacando y poniendo en una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de grasa, repetir todo con el resto ¡y a disfrutar!.