El tomillo, es uno de los condimentos fundamentales de la cocina Mediterránea por su versatilidad. Cuando se frota sus hojas despiden un perfume intenso, fragante y levemente terroso. Su sabor picante, incorpora notas de clavo de olor, alcanfor y menta, que lo hacen insustituible en la cocina tradicional. Esta es una manera de preparar el pollo y comprobar el aroma y el sabor que llega a ponerle el tomillo a la carne.
– 1 pollo cortado en cuartos.
– 4 dientes de ajo.
– 1 cubito de caldo de ave.
– 1 vaso de vino blanco.
– 1 cebolla.
– 3 ramitas de tomillo fresco(o dos cucharadas del seco).
– Aceite de oliva.
– 1 hoja de laurel.
– Pimienta.
– Sal.
– Cortar, lavar y secar el pollo.
– Salpimentarlo y dorarlo con los dientes de ajo sin pelar, en una cazuela con aceite.
– Una vez dorados, colar el aceite de la fritura, quitar los ajos, y colocar de nuevo el pollo en él, junto con la hoja de laurel y una cebolla picada en trozos medianos.
– Regar con el vino blanco y dejar evaporar a fuego vivo.
– Lavar y secar el tomillo si es fresco, y desmenuzarlo. Añadir luego a la cazuela.
– En un vaso de agua, desmenuzar la pastilla de caldo de ave. Verterlo sobre el pollo, y dejar cocer tapado y a fuego lento durante media hora.
– Durante ese tiempo, remover de vez en cuando, y añadir un poco de agua si vemos que se reseca el pollo.
– Mientras pela, lava y corta las patatas en cascos. Que podrás hacerlas fritas, o añádirselas al pollo 15 o 20 minutos de acabar su cocción.
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