Flores de carnaval

Carnaval es una época estupenda para dejaros este fantástico dulce. A mi hija le encantan. Las habíamos comprado en las pastelerías y siempre me decía que por qué no las hacía yo.

Al final me compré el molde, pero lo guardé y ha sido este fin de semana cuando por fin lo he sacado a que le diera el aire, jajaja.

Estas flores son conocidas en muchos sitios como flores manchegas y en otros como flores de carnaval, porque en determinados lugares de nuestra geografía es típico prepararlas en estas fechas. Sea como sea que se llamen, lo importante es que están muy ricas y su preparación no es muy costosa, sólo es cuestión de que el molde, que es de hierro, adquiera mucha temperatura para que la masa se suelte. A mi las tres primeras se me quedaron pegadas, pero luego empezaron a despegarse fácilmente.

Ingredientes:

  • 250 ml de leche entera
  • 150g de harina
  • un huevo
  • una cucharada sopera de azúcar
  • un poco de anís seco
  • aceite de oliva para freir
  • azúcar para rebozar

Preparación:

Ponemos la harina en un recipiente, hacemos un hueco y colocamos el resto de ingredientes. Mezclamos con varillas hasta que todos los ingredientes estén integrados y no haya grumos.

Ponemos el aceite a calentar e introducimos el molde en él. Es muy importante que coja mucha temperatura y esté muy caliente para que la masa se desprenda al introducirlo en el aceite, lo digo por experiencia.

Introducimos el molde en la masa sin que se cubra del todo e, inmediatamente, lo ponemos en el aceite, esperamos unos segundos y empezamos a moverlo un poco hacia los lados y arriba y abajo para ayudar a que la masa se despegue. Dejamos que se dore por un lado y le damos la vuelta para que lo haga por el otro. Sacamos y dejamos escurrir en papel de cocina.
Es inevitable que se desprendan trocitos de masa al introducir el molde, por lo que los iremos recogiendo con una rasera o colador entre flor y flor para evitar que se quemen. Yo utilicé un cazo alto en lugar de una sartén para que me subiera más el aceite y las fui haciendo de una en una. Al acabar dejé reposar el aceite sobrante, lo filtré y lo guardé para poder utilizarlo en otra preparación.

Una vez escurridas del aceite sobrante, las rebozamos en azúcar por ambos lados. Ya las tenemos listas para comerlas. Están riquísimas, son muy finitas y muy crujientes.