Hace ya algunos años, en un país no muy lejano nació una niña entre harinas, cedazos y amasadoras.
Su casa no era un castillo, sino una panadería, y en ella no había ogros, ni brujas encantadas, ni tampoco hadas…pero sí había un príncipe, con forma de un papá estupendo.
Su príncipe no tenía corcel, pero galopaba y galopaba sobre su caballo de dos ruedas y de cada uno de sus galopes regresaba cargado de ricos manjares. Las alforjas de su motorizado caballo siempre estaban llenas de deliciosos mariscos, ricas conservas, bonitos juguetes y, sobre todo, de deliciosos pasteles que eran lo que más gustaban a su pequeña princesa.
Aunque la niña era muy golosa y todo le gustaba, se volvía loca con el brazo de gitano. Adoraba su relleno de crema, almendras y cabello de ángel; y ese sabor tan especial de la yema tostada. Por eso este postre siempre estaba en casa. En los santos y en los cumpleaños era el protagonista. Pero no sólo en las celebraciones. El príncipe, que concedía todos los caprichos a su princesa, aparecía en el momento menos esperado con su bandeja rodeada por un lazo y cualquier comida se convertía en una fiesta.
Y así la pequeña fue creciendo. Entre juegos y muñecos. Entre disfraces y alegría. Pero, sobre todo, entre harinas y pasteles.
Y la niña siguió creciendo y un día quiso volver a Nunca Jamás. Se metió en su cocina y preparó su pastel preferido. Con el primer bocado volvió a sentarse en su larga mesa de mármol blanco; con el segundo galopó a lomos del corcel de su príncipe; en el tercero ya se sentía rodeada de todas las personas a las que había querido y así, durante un buen rato logró ser muy muy feliz, tanto como Peter Pan cuando se reunió con los Niños Perdidos. Colorín Colorado este cuento se ha acabado.
Ingredientes:
Para la masa:
- 4 huevos.
- 125 gramos de azúcar.
- 125 gramos de harina bizcochona.
Para la crema pastelera:
- 150 gramos de azúcar.
- 1 cucharada de esencia de vainilla.
- 6 yemas.
- 500 mililitros de leche.
- 30 gramos de harina de maiz (tipo maizena).
- Un palito de canela.
Para la yema tostada:
- 250 mililitros de agua.
- El mismo volumen en azúcar.
- 7 yemas.
Para el almíbar:
- 250 mililitros de agua.
- El mismo volumen en azúcar.
- Un palito de canela.
- La corteza de un limón.
- Un chorrito (al gusto) de coñac.
También necesitaremos:
- 150 gramos de almendras tostadas con su propia piel.
- Un bote de cabello de ángel.
- Azúcar moreno.
- Canela molida.
Elaboración:
Comenzamos preparando la base del bizcocho. Para ello colocamos en un bol los huevos y el azúcar y batimos para blanquear hasta que tripliquen su tamaño.
Incorporamos la harina tamizada muy poco a poco e integramos bien todos los ingredientes. Cuando tengamos una masa homogenea la vertemos sobre una bandeja forrada con papel y la horneamos a temperatura media unos 8 minutos.
Comenzamos ahora la preparación de la crema pastelera. Para ello ponemos a hervir la leche junto a la esencia de vainilla. En un bol aparte batimos bien las yemas con el azúcar e incorporamos la maizena diluida en un dedito de leche. Este batido (yemas, azúcar y maizena) se vierte sobre la leche que tenemos hirviendo. Movemos energicamente para evitar que se formen grumos y retiramos del fuego cuando alcance la textura deseada.
Finalmente, antes de proceder al montaje, preparamos la crema de yema. Comenzamos preparando un almíbar que retiraremos del fuego cuando alcance el punto de bola. En otro cazo batiremos enérgicamente las yemas y muy poco a poco iremos incorporando el almíbar para, finalmente, cocinarlo todo a fuego medio (sin dejar de mover para evitar que se pegue).
Con todos los ingredientes listos, llega el momento de montar el brazo de gitano. Para ello colocamos la lámina de bizcocho y la humedecemos con un almíbar ligero (lo habremos preparando dejando hervir en un cazo todos los ingredientes anteriormente mencionados en el apartado de ingredientes). Espolvoreamos con canela molida en abundancia y cubrimos con el cabello de ángel.
Ponemos encima las almendras picadas.
Finalmente, repartimos la crema pastelera.
Con mucho cuidado, enrollamos el bizcocho dándole la forma característica del brazo de gitano; lo cubrimos con la crema de yema, lo espolvoreamos con azúcar moreno y lo quemamos con la placa.
Lo decoramos al gusto y ya lo tenemos listo para disfrutar de él.
Es una auténtica delicia.
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