Como están mis blogueros preferidos? jejeje Pues bien, después de un tiempecillo perdío y casi sin tener tiempo para el blog, aquí estoy de nuevo con una cosilla que anoche, como no sabía que cenar, pues se me ocurrió algo. Tenía muchos tomates que ya estaban poniéndose blandillos y un kilo más o menos de patatas que con este calor se ponen malas muy prontico. Éstos son los dos ingredientes principales de la receta de hoy, podéis comerla de noche, es ligerita, y si decidís servirla como plato de almuerzo también sirve, porque lo acompañáis de un solomillo de cerdo o de unos muslitos de pavo hechos al horno, que deben quedar para chuparse los dedos. Me lo apunto para otro día jejeje se me acumula el trabajo.
Vamos con los ingredientes y la elaboración, más que sencilla para nuestro plato de hoy.
Ingredientes
- 2 tomates grandes
- 2 patatas sin cocer
- 7 u 8 dientes de ajo
- queso para fundir
- aceite de oliva
- 1 zanahoria
- media cebolla
- sal y pimienta
Preparación
Pelamos los tomates y las patatas y reservamos.
Troceamos a rodajitas la zanahoria, los dientes de ajo fino fino y las cebolla en juliana. Todo esto lo sofreímos y reservamos.
Cortamos a rodajas los tomates y las patatas, como medio centímetro de grosor, salpimentamos las patatas y metemos en el horno precalentado a máxima potencia durante 10 minutos cada cara.
En una bandeja de horno colocamos las patatas con aceite de oliva y cuando estén listas vamos colocando de la siguiente forma en otra bandeja o directamente en el plato a servir, 1 rodaja de patata, 1 rodaja de tomate (con un poco de sal en las dos caras), queso de fundir, 1 rodaja de tomate y por último otra de patata.
El sofrito lo servís como guarnición y si os sobran rodajas de patata le ponéis dos al sofrito, como decoración.
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