Big Mac

Estamos ante una de las hamburguesas más famosas del mundo, de la compañía de Fast Food por excelencia. Mc Donalds es la cadena de restaurantes que más ha crecido a nivel internacional en las últimas décadas. Y es que la compañía estadounidense, como todas las cosas que tienen éxito, es víctima y verdugo de una guerra que tiene ganada en principio desde los estómagos. Sus campañas de marketing agresivo dirigidas al público infantil, su falta de principios medioambientales, sus precarios y mecanizados puestos de trabajo, el uso de saborizantes y elementos químicos en hamburguesas… Si se tratara de un juicio, sin duda, Mc Donalds tendría todas las de perder, pero no estamos hablando de un juicio, se trata simplemente de una palabra: sabor.

El Big Mac de Mc Donalds es el único motivo para comprender el éxito que esta cadena de restaurantes ha tenido en todo el mundo. Es una hamburguesa doble con dos filetes de carne y tres panes, dos rodajas de pepinillo, cebolla picada muy fina, lechuga, queso cheddar y salsa big mac. Todos los elementos están en su punto. La carne tiene buen sabor y se combina perfectamente con los trocitos de cebolla deshidratada y el pepinillo que le dan ese toque fresco y ligeramente ácido que la carne necesita. La lechuga crujiente y la salsa secreta Big Mac rematan el inmejorable sabor de esta hamburguesa.

En definitiva, una hamburguesa sabrosa, fresca y muy apetecible, que tarda muy poco tiempo en ser servida, tan sólo unos minutos y que tiene un precio razonable. En la parte negativa, la gran carga calórica que aporta a nuestro cuerpo y la terrible adicción a la que nos vemos sometidos los seguidores de esta gran hamburguesa.