ARROZ CON PERRETXICOS (calocybe gambosa) Y GUISANTES
Vaya diíta llevo hoy. Es Navidad y me he venido a Cullera, pero al llegar al peaje de la R-3 me he dado cuenta de que me he dejado la cartera con el dinero, las tarjetas de crédito y toda la documentación en casa. Menos mal que en el coche llevaba 3 euritos para salir del peaje y… medio depósito de gasolina (pues “pa´lante”).
Cuando llegaba a la desviación del by-pass, más o menos a unos cuarenta kilómetros de Cullera, me ha dicho el navegador del coche que había que poner gasolina, porque la reserva ya no daba más de sí (a rezar).
En Picasent se ha puesto aún más serio y ha decidido que tengo que parar y poner gasolina (pero ¿cómo?).
Paro en una gasolinera y expongo mi problema. Le explico a la guapa y amable dependienta que no llevo ni un duro, y le apunto como solución que tengo un ordenador en el coche, y puedo hacer una transferencia, pero no cuela. La pobre chica me ofrece un euro para seguir con mi viaje, se lo agradezco en el alma, pero decido seguir incluso sin su euro.
Vamos bien, estoy llegando a Cullera y el coche aún no se ha parado. Aquí ya me conocen y puedo conseguir, sin un euro ni documentación, que me lleve una grúa, pero no me hace falta porque con una conducción muy (pero que muy) ecológica, consigo llegar a la gasolinera del Eroski… que está cerrada porque es Navidad (¡Ufffff!).
Tengo que llamar a alguien para que me traiga pasta y poder poner gasolina… el móvil me pide que lo enchufe porque no tengo batería (qué raro, con el día que llevo). Antes de que se me apague consigo hablar con José Luis y me dice que no me preocupe, que me traen la pasta (¡Bieeeeeeeeen!), así que me bajo del coche con Dunita, mi perrita golden retriever, y aprovechamos para hacer un poco de todo (andamos, hacemos pipí, caca, bebemos agüita…) Al cabo de un buen rato aparece Paco con el dinero, pero sigue sin haber gasolina.
Por suerte, un par de calles más abajo hay una gasolinera abierta, y además de las que no tienes que mancharte las manos, porque te la sirve un operario.
Por fin consigo llegar a casa, con los veinte euros que me han sobrado de los 100 que me han traído podría comprar algo de comer, pero Consum está cerrado (¡Vaya!). En casa tengo dos botes de tomate, uno de perretxicos (¡qué ricos!), una bolsa de arroz bomba abierta y otra cerrada, y dos botecitos de guisantes. Como siempre, hay pimentón picante y dulce de La Vera, aceite de oliva virgen y de girasol, almendritas, especias, espaguetis de huevo y de sepia, cabecitas de espárragos y un par de botes de pimientos del piquillo.
Lo de cocer espaguetis y ponerlos con tomate siempre es muy socorrido, pero un gourmet como yo no se lo puede permitir, así que decido ponerme creativo y descubro que también hay pastillitas de caldo de carne de las que le echo a Dunita para que se coma bien el pienso que no le gusta, y me pongo manos a la obra. (Esta receta es para uno solo, pero si multiplicamos por cuatro nos sale para toda la familia. Y ojito, que es de 10).
3 cucharadas de aceite
Ingredientes
- 3 cucharadas de tomate triturado.
- 2 puñados de arroz bomba
- ½ bote de perretxicos en conserva.
- 1 bote pequeño de guisantes tiernos (¡Dios mío! parezco el Falsarius Chef).
- Aceite de oliva virgen extra.
- 1 pastilla de caldo de pollo.
- Colorante alimentario.
- Pimentón de la vera dulce.
Preparación
Ponemos el aceite en la paella y dos tazas de agua en un cazo. Cuando el aceite se caliente, ponemos las tres cucharadas de tomate y esperamos a que se sofría. Entre tanto, en el cazo echamos la pastilla de caldo de carne y le vamos dando vuelta de vez en cuando para que se diluya bien.
Cuando se fría el tomate, bajamos el fuego, añadimos una cucharadita de pimentón y echamos el arroz para que se sofría un poco. Añadimos el medio bote de perretxicos y le damos unas vueltas para que se entremezclen los gustos, ponemos los guisantes con su agua, y a continuación, subimos el fuego al máximo y echamos el caldo, que ya estará cociendo, y el colorante.
El resultado es un arroz muy suave y riquísimo, ya que los perretxicos, además de darle su grato sabor, le aportan una suavidad al gusto exquisita.
Lo mejor, es que se puede hacer con lo que tengamos por casa, y si contamos con que el bote de los guisantes nos costó 30 cts. y el de los perretxicos 1 €, y solo gastamos la mitad, el plato nos salió por algo más de 1 €. Plato de lujo para Navidad, os lo aseguro.
(La foto la hice conforme cocía para que os llegue el aroma).