Las acelgas son una fuente de hierro y fibra nada desdeñable y un efecto alcalinizante importantísimo. Normalmente se asocian a los regímenes adelgazantes y se suele decir que no tienen ningún sabor, cosa que es totalmente cierta si se consumen solamente cocidas, claro que hay que controlar la sal, porque la absorben multiplicando su salinidad.
El saber levantino ha creado una receta en la que las acelgas adquieren un papel protagonista y puedo asegurar que su sabor es realmente impresionante si se elaboran con arroz y cariño. Además de ser sumamente simple, admite multitud de variantes que le pueden conferir la capacidad de formar parte de las recetas rápidas y sanas, para lo cual solamente hay que utilizar judías de bote, acelgas cocidas y caldo en pastillas; pero nosotros las vamos a hacer a la antigua usanza, para poder disfrutar del sabor incomparable de uno de los platos más sabrosos que ofrece la cocina valenciana: el arrós amb bledes.
Ingredientes
- 1 manojo de acelgas
- 100 gramos de judías blancas (preferiblemente judiones de La Granja)
- 1 tomate maduro (puede valer medio bote de tomate triturado)
- 1 patata
- 4 tazas de arroz
- una cabeza de ajos, preferiblemente, de Las Pedroñeras
- 500 cl. De Caldo de carne, que explicaremos en la receta.
- aceite de oliva virgen extra
- pimentón de la vera dulce
- unas hebras de azafrán
- sal
Preparación
Ponemos las judías a mojo la tarde anterior, y esa misma tarde podemos elaborar el caldo de carne, para lo cual pondremos en una cazuela 600 cl. de agua, un hueso de carne, uno de jamón, un par de carcasas de pollo, 1 puerro y dejaremos cocer, desespumando hasta que haya perdido esos 100 cl. que nos sobran, es decir, unos 50 minutos.
Ponemos en una cazuela aceite de oliva virgen extra, echamos la cabeza de ajos y la patata cortadas en cubos grandes, la sal, y cuando vaya cogiendo color, añadimos el pimentón, el azafrán y el tomate pelado y triturado.
Ponemos el caldo y las judías y dejamos que se vayan cociendo. Pasados unos cuarenta minutos, añadimos las acelgas y el arroz, y dejamos que cueza durante unos veinte minutos más, añadiendo una taza de agua si vemos que se va quedando seco.
Servimos en la sopera, decorando con la cabeza de ajos. Y… cuidado, porque a este arroz se le llama también el de la barbilla, porque uno se quema ahí con las acelgas, si están como deben, es decir, muy calentitas.
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