Recurro mucho a la pasta, aunque aquí no he puesto todavía demasiadas recetas. Se trata de una opción muy versátil y que se puede hacer más ligero o contundente según apetencias. Hoy he optado por una receta que aunque es un poco fuerte por aquello del pique, es muy digestiva y baja en calorías, si no te sirves un plato pa tí y pa tu primo, claro. Además se trata de todo un clásico, dicen de este plato que fue inventado por una prostituta, de ahí su nombre, por aquello de lo fácil y rápido de hacer, entre cliente y cliente, y eficaz para reponer energías … hay otras teorías, pero todas inciertas.
Ingredientes
400 gr. de tomate frito casero (suelo tener un poco hecho, es muy útil), 4 tomates secos, 4 filetes de anchoas, 1 cuch. de alcaparras, 2 dientes de ajo, 1 guindilla picada (si os sentís valientes que sean 2), aceitunas verdes y negras a trozos y sin hueso, 1 cebolla, aceite, pimienta negra molida y sal … además de los espaguettis.
Preparación
En una sartén se sofríe la cebolla ya picadita, cuando esté doradita se añaden el ajito en láminas, las anchoas y la guindilla picada y se sigue rehogando. No mucho, sino la anchoa soltaría mucha sal y la guindilla mucho pique. Seguidamente se incorpora el tomate frito y se dejar cocer todo cosa de 10 minutos. Mientras podemos poner agua a hervir con sal para preparar los spaghetti.
Pasado este tiempo se echa a la sartén las aceitunas troceadas, las alcaparras y los tomates secos también en trozos. Cocer todo unos cinco minutos y salpimentar (recomiendo que lo probéis antes, porque las anchoas y la guindilla ya habrán aportado lo suyo).
Cocer los spaghetti según las instrucciones del paquete, escurrir y añadir a la sartén para que pille bien la salsa. Se puede servir con un poco de albahaca, perejil u orégano