Llegué hambrienta al Vips de la Ribera de Curtidores y eran algo más de las 12 de la noche un miércoles, en un rato me zamparía un Sandwich Mediterráneo, ñam ñam… Leí la carta para entrar en calor: el Sandwich Mediterráneo de Vips es “un sandwich de tres pisos rellenos de salmón ahumado, jamón, tomate, queso, atún , espárragos blancos y salsa rosa“, que rico. Tardaron demasiado poco en servirnos, de lejos que buena pinta tenía eh… pero a medida que se fue acercando el plato a mi nariz supe que en unos minutos me convertiria en el “Chaplin que come zapatos”.
Las patatas eran chicles que al coger se convertian en sauces llorones, el pan estaba tieso, frío y el tostado debió pasar a mejor vida. Incluso yo estaba más morena que el pan, la lechuga parecia tirada a mogollón y estaba aguada, el brillo del salmón “brillaba” pero por su ausencia y estaba re-re-reseco. Aún con este panorama una es tonta y no hace caso a su sentido común y si a su estómago, pagué con mucho dolor, el dinero se resistia incluso a salir de mi bolsillo. Conclusión: cenar en el Vips tardecillo y en dia de diario no es buena idea. A partir de las 12 todos los sandwich se convierten en calabaza.
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