Está receta está preparada con 600 gramos de pechuga de pollos cortada en tiras y que maceraremos durante media hora con pimienta negra y la salsa de soja suficiente como para que el pollo tome un color marrón pero no que esté salsiento.
Mientras, en una sartén amplia y con poca aceite sofreímos ligeramente, durante unos cinco minutos una cebolla, un cuarto de pimiento verde (ambos cortados en trozos grandes) y un diente de ajo picadito.
Ahora añadimos el contenido de una lata de champiñones, una zanahoria cortada en juliana o en tiras si lo hacemos con un pelapatatas, y un calabacín pequeño partido de arriba abajo por la mitad, y luego en rodajas finas.
Es el momento también de meter el pollo, por mucho que nos parezca que las verduras aún estén duras. También agregamos un puñado generoso de almendras peladas.
Cuando el pollo pierda su color y se quede blanquecino añadimos un chorrito de vino blanco y tres cucharadas de maicena que previamente habremos disuelto en medio vaso de agua fría. Revolvemos bien y agregamos un vaso de agua y una pastilla de caldo concentrado de pollo.
Simplemente, dejamos hervir tapado unos ocho minutos a fuego medio y ya tendremos este delicioso pollo listo para comer acompañado con arroz blanco.
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