Galletas chiquilín hechas en casa

Galletas Chiquilín caseras: mi secreto mejor guardado. En cuanto las probéis vuestros cafés y colacaos no volverán a estar solos en la mesa...

¡Qué meriendas aquéllas! El Cola Cao (algunos tomaban Nesquik) y las galletas Chiquilín para mojar y empezar una tarde perfecta jugando a los clics de Playmobil o a los Pin y Pon. Estas galletas nos acompañan también de mayores cuando desayunamos a toda pastilla antes de salir de casa hacia el trabajo o cuando el estómago nos pide algo rico a media mañana o a media tarde.

Su preparación en casa en muy sencilla y se tarda menos de una hora en tenerlas listas, así que ya no hay excusa para no merendar tan bien como siempre con las galletas Chiquilín caseras preparadas totalmente a nuestro gusto.

Ingredientes

Primero mezclaremos 300g de harina con una cucharada de postre de Natron (o de bicarbonato sódico). A esta mezcla le añadiremos 125g de mantequilla y 125g de margarina de repostería partidas a trocitos para facilitar su unión con el resto de la masa.

Cuando se forma un todo uniforme hay que añadir 200g de azúcar (yo utilizo azúcar blanco) y empezar a amasar con las manos. Veréis que la masa va tomando consistencia y es en ese momento cuando le pondremos 2 cucharadas de postre de sirope de arce y seguiremos mezclando y amasando. El sirope de arce podéis encontrarlo en grandes superficies y en herbolarios. Bastante más económico en las primeras.

En el momento en que todo está ya mezclado y se ve un conjunto homogéneo dividiremos la masa en cuatro bolas. Con cada una de ellas haremos un rollito que colocaremos a lo largo de la bandeja del horno (previamente cubierta con papel) de lado a lado. Éste es un buen momento para empezar a precalentar.

Rollitos de masa

Una vez que tenemos los cuatro rollitos tenemos que aplastarlos sin que se lleguen a juntar unos con otros y sin que excedan las medidas del papel de horno. En este paso decidiremos la apariencia que queremos dar a nuestras galletas.

Si extendemos los rollitos con los dedos quedarán más artesanas porque las irregularidades se tostarán más y eso les dará un toque muy rico. Si las extendemos con el amasador quedarán más perfectas y con un toque más comercial, menos casero.

Rollitos aplastados

Metemos la bandeja al horno ya precalentado y lo dejamos cocerse durante 20 ó 25 minutos a 180º. El tiempo dependerá del tono de tostado que cada cual prefiera y del tipo de horno. Preparamos un cuchillo de punta redondeada que necesitaremos tener a mano cuando saquemos las galletas del horno.

Despues de horneado

Pasado el tiempo y con la masa horneada se saca del horno. Los cuatro rollitos extendidos se han juntado por el calor de la cocción y es el momento de rápidamente cortar las galletas con la medida que elijamos.

Sacando del horno

Este proceso ha de hacerse muy deprisa ya que en cuanto que la masa comienza a enfriarse se resquebraja al contacto con el cuchillo y se parte.

Las galletas ya están listas. Ahora sólo falta dejarlas enfriar un poquito más y listas para tomar con nuestro cafecito con leche o con el chocolate. Las que sobren pueden guardarse en una lata de galletas protegidas, además de con la tapa, con un papel de film que retrase su deterioro.

Perfectas con un cafe

Presentadas