Matutano nos vuelve a sorprender y lanza al mercado español una gama de patatas fritas muy acorde a los sabores mediterráneos. El spot en tv de Antonio Banderas es todo un acierto sobre todo a la hora de anunciar un producto tan típicamente español. Y es que sabores como “al punto de queso” “al toque de orégano” y “tomate y olivas” no sólo son propiedad de nuestro país. Este tipo de sabores podrán ser comercializados fácilmente por la multinacional Pepsico en cualquiera de los países mediterráneos (Grecia, Italia,..) que componen la Europa del euro.
En las comparativas de la publicación digital Consumer-revista las Lays son unas de las marcas analizadas más calóricas y rozan el 40% de calorías por cada 100 gramos. Nuestro análisis, aunque no tan exhaustivo, no ha sido tampoco satisfactorio. Las patatas presentan una serie de deficiencias que dan al traste con los refinados sabores que esta vez nos presentan. A parte de la gran aportación calórica, las patatas no son de la mejor calidad y podemos encontrar muchas patatas con ribetes marrones o puntos negros ciertamente desagradables. Además las patatas vienen machacadas en la bolsa, en pequeños trozos rotos posiblemente por un transporte poco cuidadoso.
Sin embargo, y pese a que la calidad de las patatas no es la mejor precisamente, el punto fuerte de las nuevas Lay’s está en su sabor. El sabor “al punto de queso” nos cautivó desde un primer momento. El sabor es de característico queso manchego, muy suave y refinado. También nos agradó el sabor “tomate y olivas”. Presenta una mezcla entre tomate frito casero y olivas negras, con un ligero sabor a aceite de oliva. Algunos redactores identificaban su sabor con el de las Lay’s Campesinas. El sabor “al toque de orégano” fue el que menos gustó. Es agradable durante los 3 primeros minutos pero después se puede hacer demasiado pesado y puede quedar en la boca un extraño regusto a orégano.
Conclusión
Estamos ante un producto muy bien diseñado en términos de mercado y que seguramente dará muchos beneficios al gigante Pepsico, pero no debemos olvidar que su aportación calórica no es precísamente la base de nuestra sana dieta “mediterránea”. La calidad de la patata es muy baja, pero los sabores son realmente insuperables. Quizás una patata de más calidad, menos calorías y un tratamiento de las bolsas más cuidadoso por parte de los distribuidores hubiera elevado a clásico la categoría de este snack.
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