Grasas trans: la comida que mata

Recientemente, el Ministerio de Sanidad ha iniciado una campaña para evitar la publicidad por parte de grandes cadenas de comida rápida, como Burger King, de algunas de sus hamburguesas de mayor tamaño. Además, numerosas instituciones médicas y de nutrición nos bombardean a diario sobre la necesidad de evitar el sobrepeso y de seguir a pie juntillas la dieta medieterránea. Sin embargo, ¿quién nos alerta de los riesgos que encierran algunos productos que ingerimos asiduamente, aparentemente inofensivos, pero que pueden resultar letales?.

Unas simples patatas fritas, unos palitos de pescado, un pan de molde, la mayoría de las galletas o un mero cruasant pueden convertirse en un veneno para el organismo a medio y largo plazo si pasamos por alto un ingrediente tan desconocido como dañino: las grasas parcialmente hidrogenadas, también conocidas con el nombre de “grasas trans”. Muy pocos saben de sus devastadores efectos para las arterias y el sistema cardiovascular y sin embargo, su uso está extendido entre los fabricantes del sector alimentario y en la mayoría de las cadenas de comida rápida, que no solo lo incluyen en sus productos sino que utilizan estas grasas en las sartenes donde frien sus alimentos.

Las grasas parcialmente hidrogenadas están basadas en aceite vegetal sometido a un proceso de hidrogenación, en el cual se añade hidrógeno a las grasas, que se solidifican. Aparecieron hace treinta años para sustituir a las grasas saturadas (procedentes de leche, quesos, carne,…), al asociarse éstas a problemas cardiovasculares. A la larga se han convertido en una sustancia más perjudicial para la salud que las propias grasas animales. Para los restaurantes y fabricantes, tienen la ventaja de su bajo precio, no modificar el sabor de los productos, y no se enrancian.

Algunas investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos concluyen, por ejemplo, que el riesgo de sufrir enfermedades coronarias es un 66 % mayor entre los consumidores habituales de margarina (abundante en grasas trans) que entre quienes no la consumen. Otras, incluso, afirman que pueden dar lugar a hormonas y paredes celulares defectuosas, con lo que ocasionarían retrasos en el crecimiento y maduración del cerebro.

En algunos paises como EE UU y Noruega los consumidores han iniciado una batalla legal para obligar a que se reduzca su uso y a que se incluya debidamente en las etiquetas, pero en España los consumidores son poco conscientes sobre el riesgo de este alimento. Los médicos recomiendan no ingerir más de 2,8 gramos al día de esta sustancia, cantidad que resulta minúscula en comparación con el contenido que incluyen muchos de los alimentos que consumimos frecuentemente.

Top 10 de grasas trans

  1. Patatas fritas (150 g): .7 gr. de grasas trans.
  2. Pastel de manzana industrial (1 unidad): 6 gr. de grasas trans.
  3. Bollo industrial (1 unidad): 5-6 gr. de grasas trans.
  4. Hamburguesa (200 gr.): 3 gr. de grasas trans.
  5. Quesito (1 unidad): 2,2-5,2 gr. de grasas trans.
  6. Magdalena (1 unidad): 1-2,1 gr. de grasas trans.
  7. Galletas (2 unidades): 1,3 gr. de grasas trans.
  8. Margarina (1 cucharada): 0,9 gr. de grasas trans
  9. Panecillo comercial (1 unidad): 0,85 gr. de grasas trans

Enviadnos todos aquellos productos que conozcáis que tengan grasas parcialmente hidrogenadas (grasas tans) y aquellos restaurantes donde lo utilizan habitualmente. De esta forma, podremos entre todos mejorar nuestra dieta y evitar futuras dolencias cardiovasculares.