Tumbet mallorquín versionado

Plato contundente, sano y sencillo donde los haya. Comerlo es casi-casi como pasar unos días gratis en Mallorca (qué más quisiéramos). Bueno, que cada cual saque sus propias conclusiones.
Incluída en el especial: Cocina de Baleares

El tumbet es un plato mallorquín muy típico que permite infinidad de variaciones al gusto del personal y de los cocineros. En su receta original se compone de patatas, pimientos, berenjena, ajos y tomate.

Yo he hecho una variación, en la presentación y los ingredientes, porque he sustituido la berenjena por calabacín y le he añadido unas guindillas frescas picantes (es que no me puedo resistir!) que nos ayudarán a combatir la ola de frío siberiano que se aproxima. O eso dicen.

Cualquier motivo es bueno para cocinarlo, y si os gusta el plato lo utilizaréis también como guarnición para carnes y pescados con un toque muy chic y muy balear. Eso sí, aunque se puede preparar en dos minutos, si se va friendo a fuego lento el resultado es mil veces mejor, como suele ocurrir.

Yo me he permitido una licencia, que más bien es un truco que también uso cuando hago tortilla de patatas, y que consiste en cocerlas antes de freírlas. Así empleo menos aceite y me aseguro de que por dentro van a estar tiernas. Por favor, que no se me echen encima los puristas, que ya sé que lo suyo es freír y punto, pero bueno, luego cada uno en su casa que lo prepare como quiera.

Pues lo dicho, pongo a cocer las patatas y después las pelo, las parto en rodajas grandes y un poquito gruesas y las empiezo a freír con las guindillas frescas cortadas en rueditas y unos ajos partidos por la mitad y pelados. Pizquita de sal.

Si alguien no quiere tanto gusto a ajo, se pueden poner enteros, con piel y todo, porque sueltan menos sabor.

Al mismo tiempo pongo a freír los pimientos verdes y rojos, también en trozos grandes, con un poquito de pimienta negra y sal. Cuando ya va bien la cosa, les añado el calabacín en rodajas y un poquito más de sal.

Mientras todo esto va quedando listo se prepara el tomate: se ralla y se fríe con un poquito de aceite y ajo o cebolla que habremos pochado antes de darle las vueltas con el tomate. Los cocinillas con falta de tiempo pueden comprar un bote preparado de sofrito.

Cuando ya tenemos todo listo podemos empezar a montar el plato. Primero una cama de tomate, no demasiado abundante. Después las patatas, más tomate, los calabacines, otra manita de tomate y los pimientos. Los ajos y guindillas se pueden empelar para decorar si se quiere.

Ya me contaréis cómo os ha quedado y qué variaciones le habéis hecho.

Incluída en el especial: Cocina de Baleares