Esta mañana ha venido a verme Cristina, una alumna de 2º de Bachillerato que se ha enganchado a esto de la cocina antiestrés. Me traía una galleta que ha elaborado ella misma y estaba realmente deliciosa. Al decirle lo buena que estaba, se ha sentido plena de satisfacción y sé que ha mejorado ostensiblemente su autoestima. Y es que los dulces son muy agradecidos porque con poco cariño y algo de imaginación que les pongas saben siempre bien.
Esta receta que paso a explicaros es tan sencilla que da hasta vergüenza explicarla, si no fuera por lo rica que está.
Vamos a necesitar:
- 1 paquete de masa de hojaldre redonda
- 1 paquete de uvas pasas de Corinto
- 2 vasos de ron añejo
- 1 manzana reineta
- 100 cl. De leche
- Ralladura de limón
- 1 rama de canela
- 1 cucharada de harina de maíz
- 2 huevos
- 150 grs. De azúcar
Preparación
Lo primero que haremos será poner a macerar las pasas de Corinto en el ron durante un par de horas, y mientras tanto, vamos a elaborar la crema pastelera poniendo la rama de canela junto con la ralladura de limón en la leche y dejándola que cueza hasta que tome los aromas.
Ponemos un huevo en un bol, le añadimos el azúcar y la harina de maíz y removemos bien hasta conseguir una pasta homogénea. Esperamos a que se temple la leche y la volcamos sobre la pasta del bol, mezclándolo bien. Lo volvemos aponer en el cazo y dejamos que se caliente hasta que tome el espesor que deseamos y reservamos.
Ponemos la masa de hojaldre sobre el papel de hornear en la que viene envuelta y calculamos dónde está la mitad, porque solamente rellenaremos esa parte (no importa si nos pasamos o no llegamos, porque al doblar va a salir bien).
Echamos en primer lugar la crema pastelera bien repartida, a continuación rallamos la manzana sobre la crema y por último ponemos las pasas de Corinto.
Doblamos la masa por la mitad y la cerramos con los dedos. A continuación le vamos haciendo unos agujeritos con un tenedor y la pintamos bien con la yema del otro huevo ayudándonos de una brocha o de una cuchara.
Metemos la empanadilla en el horno en posición de grill y horno durante unos quince minutos (hasta que veamos que esté tostadita) a unos 180 grados.
Servimos recubriendo su superficie con azúcar.
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