Este es un postre exquisito y delicado que no hemos visto nunca publicado, y sin embargo, se nos antojaba que tenía que estar muy rico y… Bueno vamos a probarlo.
Para el puré de castañas.
250 grs. de castañas
100 grs. de azúcar
Canela
Agua.
Para la masa:
200 cl. de leche
2 cucharadas de harina de trigo
Canela en rama
Unos trocitos de corteza de un limón
Aceite de oliva virgen suave.
Azúcar.
Para el rebozado y la fritura:
Pan rallado
2 huevos
Aceite de oliva virgen suave.
Para la presentación:
Azúcar glas
Unas hojitas de menta.
El puré de castañas:
Procederemos poniendo agua a cocer y cuando brote a hervir, echamos las castañas y las dejamos durante unos quince minutos para que se ablanden.
Las pelamos cuando aún no estén frías para que la segunda piel se desprenda bien; si no, las volvemos a meter unos minutos más en el agua a cocer.
Una vez que estén peladas, las ponemos en el vaso de batir y las batimos hasta conseguir un puré espeso.
Ponemos una pizca de agua en el cazo con el azúcar, y cuando comience a hervir añadimos el puré sin parar de remover para que se incorpore bien. Añadimos un poquito de canela en polvo y seguimos removiendo hasta que reduza y quede una masa compacta.
La masa:
Ponemos la leche a hervir con la rama de canela y las cortezas de limón, removiendo hasta que adquiera bien el aroma. Retiramos del fuego y dejamos templar.
Ponemos una sartén al fuego con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y le incorporamos la harina, removiendo para que se cocine.
Añadimos la leche despacio para hacer una besamel consistente, a la que incorporaremos un poco de azúcar (si fuera una besamel normal utilizaríamos sal).
Cuando empiece a tomar consistencia, le incorporamos el puré de castañas removiendo bien para que quede todo bien mezclado.
Sacamos del fuego y dejamos enfriar y tomar mayor consistencia, como si fuera una masa de croquetas normales.
Rebozado y fritura:
Ponemos en un plato el pan rallado y batimos los huevos en un bol. Hacemos las croquetas con una cuchara de café pasándolas primero por el pan rallado, luego por el huevo, de nuevo por el pan rallado y las vamos echando en una sartén con bien de aceite muy caliente para que se tuesten sin llegar a penetrar el calor en lo más profundo de la croqueta.
Las vamos dejando en otro plato cubierto con papel secante para que absorba el exceso de aceite.
Presentación:
Ponemos cada croqueta en un molde de magdalena pequeño, las recubrimos con un poco de azúcar glas espolvoreada y las hojitas de menta.